La calle Dolores Ibárruri "La Pasionaria" en Almería

12 de Febrero de 2018

Nosotros y nosotras las/os comunistas tenemos nuestros referentes en otros comunistas de valía, esfuerzo y entrega desinteresada en la lucha contra las desigualdades, la pobreza, la injusticia y como no podía ser de otra forma en nuestra ideología. Valgan los ejemplos de Julián Grimau, Domingo Malagón, Antonio Cordón, Constanza de la Mora, Manuel Tagüeña, José Díaz, Enrique Líster y tantos otros que sin ser famosos dieron su vida por estos conceptos, sin embargo, hoy debemos detenernos en una camarada, Dolores Ibárruri Gómez, conocida por todos como: “Pasionaria”, no interesa aquí el por qué del sobrenombre, lo interesante es que la camarada Ibárruri dejará la situación que se le destinaba a la mujer en aquella época, que era desgraciadamente la de hilar, parir y llorar para convertirse en Secretaria General del Partido Comunista de España y terminar siendo una de las figuras más importantes de la guerra civil.

Nace en Gallarta, un pueblo minero de Vizcaya, el 9 de diciembre de 1895, hija, hermana y esposa de mineros y pertenece a un mundo en el que todavía se recuerdan los combates de las guerras carlistas y donde la miseria campa a sus anchas.

Fue una niña rebelde, católica devota hasta que cumple los 17 años y despierta en los estudios, asistió a la escuela de su pueblos hasta los 15 años, sin embargo, la realidad económica de su familia le obligó a abandonar su sueño de ejercer como maestra para trabajar en un taller de costura, para más tarde trabajar como sirvienta y trabajó en casas mal alimentada y peor pagada.

Se casó con otro camarada, Julián Ruiz, a través de él Pasionaria comienza a conocer la literatura marxista que lee con mucho entusiasmo en la biblioteca de la casa del pueblo de Somorrostro en donde se instala.

La huelga revolucionaria de agosto de 1917 lleva a Julián a la cárcel dejando a Pasionaria a cargo de la casa y de su primera hija.
En 1918, comienza a colaborar en dos publicaciones, Lucha de Clases y El minero vizcaíno, con el seudónimo de Pasionaria, que utilizó probablemente por escribir su primer artículo en Semana Santa.

En 1921 Pasionaria y Julián se afilian al Partido Comunista de España, año de nuestra fundación y es elegida miembro del Comité Provincial de Vizcaya.

La década de los 20 para nuestra camarada Pasionaria es una auténtica desgracia detrás de otra, los largos períodos de Julián en la cárcel, los fallecimientos de sus hijos que conforme van naciendo algunos van muriendo, sin embargo, pese a su frustración y desaliento, permanece políticamente activa y se sobrepone a estas penalidades.

Mijail Koltsov, escribiría de ella: “La mujer de sencillo vestido negro constituía una enorme adquisición para el partido”.

En 1930 se traslada a Madrid para trabajar de periodista en Mundo Obrero, dos años más tarde accede al Comité Ejecutivo, desgraciadamente para esas fechas su matrimonio con Julián ha fracasado.

Se involucra directamente en las luchas obreras como en la revuelta en junio de Asturias de 1934 y en junio de 1936, ya como diputada por Asturias, nuestra camarada Pasionaria pronuncia uno de sus discursos más sonados en el Parlamento.

El 19 de julio de 1936, un día después del levantamiento, desde el Ministerio de Gobernación, emite un comunicado del PCE y es aquí cuando comienza a destacar la figura de nuestra camarada.

En todo el tiempo que dura la guerra civil se va trasladando por los frentes levantando la moral de los combatientes que lucharon por la libertad. Nunca, jamás señaló a nadie, ni redactó listas de personas para que fuesen asesinadas, siendo burdas invenciones de aquellos que con el falso autorretrato de ser ellos muy demócratas, lo que intentan es solapar la verdad.

Pierde a su hijo Rubén en 1943 en Stalingrado.

El 13 de mayo de 1977 y después de 38 años de exilio regresa a España. Es reelegida diputada de nuevo por Asturias en las primeras elecciones y presidirá la primera sesión de Cortes en compañía del camarada Rafael Alberti.

Fallece en Madrid el día 12 de noviembre de 1989
Dolores Ibárruri Gómez: Ausente, Presente.

Sin embargo lo que hoy también me trae aquí es el artículo que un sujeto, que no llega ni a la altura de gacetillero en un diario provinciano, La Voz de Almería, publicó el día 06/02/2018 en una columna un libelo sobre nuestra camarada, ya que no le agradaba ver en el callejero de la ciudad los nombres del crucero pesado Canarias y el nombre de Dolores Ibárruri, al decir del sátrapa éste de la historia, que Dolores Ibárruri urdió y ordenó la muerte de muchas personas por razones políticas.

Cabría preguntarse, ¿de dónde saca el sátrapa éste de la historia dicha información? ¿de qué fuentes conoce este sujeto? ¿de cuántas personas está escribiendo a las que Dolores Ibárruri apuntó con su dedo?

Ya está bien de manipular la historia.

Éste, el sátrapa de la historia, un tal José Fernández parece que no conoce a un tal Fraga Iribarne, militante falangista y destacado miembro de la dictadura del criminal de guerra y genocida Francisco Franco. Vuelva usted al colegio y estudie bien la historia le vendrá bien.

A propósito, ¿y usted que asesoramiento le presta al alcalde de Almería? Ya sé, de historia, que rigor.
Se me olvidaba, no se puede usted, señor sátrapa de la historia el arrogarse el naufragio del futuro, cuando usted no conoce el pasado y lo manipula torticeramente, vamos qué es usted un mentiroso compulsivo de la historia. Cuídese esta patología de la mentira y manipulación de la historia, yo le puedo recomendar un loquero magnífico.

por Fco. Javier Mingorance Morcillo

Categorías: Memoria Democrática

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