El turismo en Andalucía no crea empleo. Hace contrataciones parciales. Desde el PCA decimos que eso no es empleo. Las reformas laborales han hecho que las negociaciones colectivas estallen y los convenios en el sector se hayan dinamitado. No existen inspecciones de trabajo suficientes que eviten la explotación en el sector turístico.

Y mientras tanto, la Junta de Andalucía lo único que dice ante esto es que las trabajadoras y trabajadores denuncien. No podemos consentir que caiga esa losa sobre la espalda de las trabajadoras y trabajadores andaluces. No podemos consentir beneficios astronómicos de las grandes empresas turísticas mientras se condena a las trabajadoras a la miseria con contratos precarios, explotación laboral y sueldos miserables.

En Andalucía, tener un trabajo en el sector turístico no implica tener recursos suficientes para vivir con dignidad. El sector empresarial se enriquece mientras los trabajadores cada día son más pobres. El egoísmo empresarial en Andalucía es insostenible. Es incomprensible que el año que se anuncia como histórico en el turismo, el descenso del paro haya sido tan escaso y asentado en la precariedad laboral, con un abuso descarado del contrato a tiempo parcial. Enmascaran contrataciones fraudulentas. La precariedad laboral -ya sea temporalidad, jornadas a tiempo parcial o devaluación salarial- afecta a la mayoría de la población activa y ha aumentado durante la crisis.

De esta manera, el modelo productivo andaluz sigue centrado en servicios de bajo valor y escasa relevancia de la industria, lo que conduce a bajos salarios y "fluctuaciones estacionales".