Javier Navascués: Del negro al rojo, ingeniero de la unidad. Carta de Antonio

15 de Febrero de 2018

Javier Navascués nos ha dejado muy pronto. Como dice Miguel Hernández, en la elegía más brillante que haya escrito ningún poeta a la muerte de su amigo Ramón Sijé, “temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada…”.

Javier, de madre madrileña y padre maño de Zaragoza, nació en Oviedo, se crió en Huelva, estudió en Sevilla y militó en la CNT. El anarquismo sevillano tuvo entre sus miembros a José Díaz al que Javier Navascués admiraba tanto, “ni Dios, ni patrón, ni Estado”. ¡O pan, o plomo!, que escribiera el líder del anarquismo italiano Errico Malatesta, desde el anarquismo siempre se planteó la idea, que no era otra que el comunismo libertario.

Díaz del Moral recuerda que El Despertarse de Nueva York y El Productor se recibía regularmente en Andalucía, en un fructífero intercambio transnacional de publicaciones anarquistas: en las tabernas de los pueblos y en el retiro de los campos se leía asiduamente la prensa y escritos anarquistas enviados desde América por los emigrados.  Durante años (los campesinos andaluces) mantenían contactos con militantes de otras regiones y del extranjero.

Javier Navascués se acercó al llamamiento que hizo Julio Anguita y el Partido Comunista de Andalucía, que llamamos Convocatoria por Andalucía, que era un papel en blanco para que las andaluzas y andaluces escribieran sobre él un programa por el cambio y la transformación. Como buen ingeniero aportó a Convocatoria por Andalucía su ingenio (imaginar o crear algo combinando la inteligencia con los medios disponibles  y hallar el modo de solucionar un problema de manera hábil) y sus cualidades humanas hicieron que recibiera el cariño y la camaradería del conjunto del Partido. Ingresó en el Partido Comunista y lo hizo como dijo Picasso “ingresé en el Partido Comunista como aquel que va a la fuente a beber agua fresca”.

Javier se unió con su compañera Paula Garvín, una mujer luchadora e inteligente que se afilió desde muy joven a la dirección del Partido, porque entonces estar en la dirección eran más años de cárcel y más represión. Nacida entre olivares en Jaén, criada en Archidona a la sombra de la Peña de los Enamorados, fue concejala del Ayuntamiento de Sevilla donde representó a la verdadera izquierda. Tejió una participación ciudadana que no se había conocido nunca en la ciudad y con su figura flamenca paseó la bandera  republicana en su traje de faralaes en la feria de Sevilla. Paula como mujer jiennense, fuerte y dulce, que con aceite de oliva todo lo cura, se cogerá a sus raíces milenarias para afrontar esta etapa de su vida.

Javier formó parte en el equipo de dirección IULV-CA que yo tuve el honor de encabezar, en los años 97 y fue un compañero leal, aportando su  punto de vista ideológico y político al servicio del pueblo trabajador andaluz. Fue presidente de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) y formó parte de la máxima dirección del PC. Escribía en Mundo Obrero una columna que titulaba “Desde el chozo”, el título tenía que ver con su infancia en Huelva, donde la gente pobre del campo en el entorno de Doñana vivía en chozos hechos con sus propias manos, de los que colgaban la sartén, el carburo, el candil y la escopeta del 12. Escribió libros sobre economía, campo en el que tenía cada vez más credibilidad y autoridad, como defensor de otro modo de producir alternativo al capitalismo. Profesor de la Universidad de Sevilla, había alcanzado la madurez plena cuando lo hemos perdido, él estaba llamado aportar mucho en el plano teórico, en la hoja de ruta del Partido Comunista y de Izquierda Unida, él era un ingeniero de la unidad. Su pasión por la unidad de los trabajadores y de la izquierda llenaba toda su obra, toda su vida.

Ayer despedíamos a Javier con la bandera republicana y la bandera roja con la hoz y el martillo, se cantó la Internacional tal como había dispuesto, sin ningún símbolo religioso “nosotros no somos gente de Iglesia, somos gente de paz”. Paula, Antonio y tu hija Paula, te dijeron “vas a irte en la misma nube que Josefina Samper” y ha sido una coincidencia que aumenta nuestro dolor y que pone de manifiesto “tantos siglos, tanto espacio y coincidir”. Me contaba tu hija Paula que le decías “no te preocupes por tus notas, que siempre serán mejor que las de mi expediente”  y hoy ella es investigadora del CSIC y Antonio también es investigador en Austria. 

¡Querido camarada, tardará mucho tiempo en nacer un militante tan luchador como tú!

De tu amigo y camarada,

Antonio Romero Ruiz
Presidente de Honor PCA

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