A Felipe Alcaraz. Por Juan de Dios Villanueva

24 de Marzo de 2023

Intervención de Juan de Dios Villanueva, el pasado 15 de marzo, en el homenaje político-literario a Felipe Alcaraz.

Vaya en primer lugar mi agradecimiento a Joaquín Recio por contar conmigo en este acto de presentación del libro de Felipe Alcaraz, “Esperando a los bárbaros”, compendio de sus artículos en Mundo Obrero en la última década.

A principios de los años 80 o, tal vez, a finales de los 70, asistí a un mitin del PCE en el Parque de la Calesera de Huelma. Intervenía alguien que hablaba de la necesidad de la conquista de la Autonomía para Andalucía, de la lucha por la Reforma Agraria, de la necesidad de un Plan de Urgencia para Andalucía, de los acontecimientos que entonces se vivían en Polonia y, sin complejos, de la lucha por la democracia allí igual que habíamos hechos los comunistas aquí. El que hablaba era Felipe Alcaraz, Diputado a Cortes por Jaén, el primer diputado del PCE por esta provincia desde 1936. La izquierda a la izquierda del PSOE no ha vuelto a tener un Diputado al Congreso por esta provincia exceptuando el corto periodo, de 2016 a 2019, con Diego Cañamero. En aquel tiempo, cuando yo escuchaba aquel mitin, un partido, sobre todo un partido de izquierdas, tenía que demostrar que existía. Ahora cualquiera, con el relato, monta una página web, una cuenta de Twitter, una de Facebook y otra de instagram y ya está aquí el partido. En aquel entonces había que tener la estructura, la militancia y la capacidad de repartir veinticinco o treinta mil octavillas en dos días. Comencé, más o menos, por aquel entonces una relación política (y también personal) con Felipe Alcaraz.

De los 102 años de historia del PCE, Felipe acumula 50 años de militancia en diversos niveles de compromiso, responsabilidades y direcciones. Historia viva de nuestro partido. Con Felipe he aprendido muchas cosas. Una de ellas, muy importante, es que tener una conversación con él conlleva el peligro de que la misma, o partes de la misma o las opiniones vertidas en la misma aparezcan en una novela. Pero algunos tenemos una memoria que retiene hasta los mínimos detalles de conversaciones, momentos vividos y frases escuchadas.

Repasemos algunos ejemplos:

“El día que me entere que me preparan un homenaje, me haré el loco, no diré nada y no apareceré”.

Tomemos entonces este acto como un alto en el camino, para hablar, retomar fuerzas y continuar nuestra larga marcha roja. Durante el funeral de Marcelino Camacho y vistos los personajes, algunos trajeados, que pasaban ante el féretro (incluidos los que en el sindicato lo humillaron, disolvieron la Presidencia o lo desahuciaron de su despacho), Felipe se dirigió a mí para decirme: “Juande, te voy a pasar un listado de la gente que no quiero que vaya a mi entierro. Hagamos un trato, tú me pasas tu listado, yo te pasó a ti el mío y el que quede vivo le hace el favor al otro”.

En el plano del análisis político, una frase suya, corta y certera basta para definir y entender cuestiones complejas: “El fascismo no es otra cosa que el capitalismo en Estado de Excepción” y “una democracia tiene que pagar al Gobierno pero también financiar a la oposición”. En el acto de clausura, en Granada, en abril de 1993, de una Conferencia Nacional de la JCA: “El PCA es un partido de muchos militantes que se cambian de camisa pero no de chaqueta”. En una noche antológica, tras salir de la Carbonería y tomar un taxi en el Prado: “Un hombre enamorado toma muchos taxis”. Íbamos acompañados de dos compañeras con las que no teníamos más relación que la amistosa… El silencio se adueñó del taxi durante un buen rato. Después me enteré que la frase no era suya.

En el plano más público y del Felipe más político (si es que se puede disociar al político del más personal): "La X de los GAL es Felipe González”, o en una de las variadas Comisiones de investigación de la corrupción en el Congreso de los Diputados, cuando comparecía un obispo: “Recuerde que mentir es pecado”. Y en la campaña electoral de las elecciones generales de 1993, cuando aún sufríamos a un PSOE totalitario y anticomunista, que llevaba años promoviendo el transfuguismo y la división en nuestras filas, un dirigente de ese partido, ante las perspectivas de crecimiento de IU nos ofreció la posibilidad de entrar en su Gobierno. La respuesta de Felipe ocupó, durante una buena temporada, titulares y tertulias: “Que se metan sus ministerios por el culo”. En fin, estamos ante un Felipe que no ha renunciado al objetivo de la transformación social. Incluso cuando se habla de antiguos militantes y dirigentes que se fueron a otros lares donde se les abrió la puerta para ocupar cargos públicos y hasta de gobierno, habla de ellos como personas que se rindieron, que decidieron dejar de luchar. Por eso, todas y todos los que no nos rendimos ni dejamos de luchar, estaremos el día 25 de marzo desbordando las calles de Sevilla en defensa de la sanidad pública. Muchas gracias.

 

Categorías: Cultura

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