Mientras en la sede de las Naciones Unidas se desarrolla la 21ª sesión plenaria del 80º período de sesiones de la Asamblea General, el mundo entero vuelve a pronunciarse contra una de las injusticias más prolongadas y brutales de nuestra época: el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba. Una política que cumple más de seis décadas de vigencia y que constituye —como reiteran año tras año la mayoría de los países del planeta— una violación flagrante del Derecho Internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y de los derechos humanos del pueblo cubano.
Una condena casi unánime
El debate en la ONU, que siempre es seguido en directo por millones de personas a través de medios de comunicación, volverá a concluir con la aprobación de una resolución, este año titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Como ha sucedido desde 1992, el voto de la comunidad internacional será abrumador: una vez más, el mundo frente a dos únicos países —Estados Unidos e Israel— que insisten en sostener el castigo colectivo contra una nación soberana. El proyecto de resolución A/80/L.6 reafirma principios esenciales como la igualdad soberana de los Estados, la no injerencia y la libertad de comercio y navegación. Insta, además, a los países a derogar toda norma o medida de carácter extraterritorial —como la tristemente célebre Ley Helms-Burton— por contradecir el derecho internacional y lesionar los intereses legítimos de terceros Estados.
Un informe demoledor: el coste humano del bloqueo
El informe del Secretario General de la ONU (A/80/83) es una radiografía minuciosa del sufrimiento que provoca el bloqueo. Sus conclusiones son inequívocas: el cerco económico impuesto por Washington no solo impide el desarrollo de Cuba, sino que afecta directamente la vida cotidiana de millones de cubanas y cubanos. Entre marzo de 2023 y febrero de 2024, Cuba perdió más de 5.000 millones de dólares, lo que equivale a 421 millones cada mes o 13,8 millones de dólares cada día. Desde su imposición, los daños acumulados superan los 170.000 millones de dólares, y a precios equivalentes al oro, ascienden a más de dos billones. El informe documenta que 40 bancos extranjeros rehusaron procesar operaciones financieras con Cuba entre marzo de 2024 y febrero de 2025, bloqueando transferencias incluso para la compra de medicamentos, equipos médicos o alimentos.
El resultado es una crisis que golpea de forma directa a sectores esenciales:
- En salud, más del 50 % de los medicamentos básicos están afectados por la falta de materias primas y equipamientos. MediCuba S.A. contactó con 51 empresas farmacéuticas estadounidenses sin obtener respuesta alguna.
- En energía, más del 50 % del país sufre apagones diarios, consecuencia del veto a piezas de repuesto, tecnología y combustible.
- En transporte y comercio exterior, la regla de los 180 días para navieras que toquen puertos cubanos encarece fletes y obliga a rodeos absurdos.
- En la vida diaria, el bloqueo se traduce en dificultades para acceder a alimentos, medicinas, materiales escolares y recursos tecnológicos.
La OMS, el PMA, la UNICEF, la UNFPA y otras agencias de Naciones Unidas confirman que esta política entorpece la cooperación internacional, encarece los programas humanitarios y pone en riesgo derechos fundamentales.
Una agresión que trasciende las fronteras de Cuba
El bloqueo no solo daña a Cuba: su carácter extraterritorial afecta a empresas, bancos y ciudadanos de todo el mundo. La Unión Europea lo ha denunciado repetidamente y mantiene vigente su reglamento de “bloqueo” (2271/96) para proteger a sus empresas de las sanciones estadounidenses. El informe del Secretario General señala que la aplicación extraterritorial de las leyes norteamericanas distorsiona el comercio global, vulnera la soberanía de terceros países y genera miedo entre proveedores e instituciones financieras que prefieren romper relaciones con Cuba antes que arriesgarse a multas. En palabras del propio informe, “el bloqueo constituye el principal obstáculo para el desarrollo económico y social de Cuba y para la implementación de la Agenda 2030”.
Una política inmoral y contraria a la Carta de la ONU
El bloqueo es una forma de guerra económica, una agresión sistemática e ilegal destinada a rendir por hambre y escasez a un pueblo que ha elegido su propio camino socialista. Ninguna justificación política puede amparar el castigo a once millones de personas. Estados Unidos vulnera con esta política los principios básicos de la convivencia internacional, desde la no injerencia hasta la libertad de comercio, y se sitúa fuera del derecho internacional. Desde el PCA reafirmamos que el bloqueo es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, y que su levantamiento inmediato y total es una exigencia de justicia y de legalidad internacional.
La solidaridad del pueblo andaluz y del Partido Comunista
El Partido Comunista de Andalucía, a través de su secretaría de Paz y Solidaridad, se une una vez más al reclamo mundial: ¡Fin al bloqueo ya! ¡Manos fuera de Cuba! Andalucía mantiene una larga relación de amistad, cooperación y fraternidad con el pueblo cubano. En nuestras ciudades y pueblos, los comités seguirán movilizándose para denunciar la agresión imperialista y exigir a los gobiernos europeos y españoles que actúen con coherencia, defendiendo el derecho internacional y rompiendo con la política de sumisión a Washington.
“El bloqueo no es un asunto bilateral: es una violación colectiva de la legalidad internacional y un crimen contra la dignidad de un pueblo que ha elegido ser libre. Cada voto a favor de Cuba en la Asamblea General es un voto por la soberanía, la justicia y la paz. Desde Andalucía reafirmamos nuestra solidaridad militante con la Revolución Cubana y exigimos el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo.”
Por Ismael Sánchez, Secretario de Organización del PCA Sevilla y Concejal de IU en el Ayuntamiento de Sevilla.




