El pasado 15 de mayo se conmemoraba, tristemente, el 73 aniversario del día de la Nakba, fecha en la que más de 800.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras y más de 13.000 fueron asesinados por los sionistas, en connivencia con las potencias europeas. Desde entonces el 70 por ciento de los palestinos despojados de sus tierras se han convertido en refugiados en otros países y el resto en desplazados internos.
Pocos días antes, el ejército israelí bombardeaba Gaza causando centenares de muertos, entre ellos niños y niñas, y más de medio millón de heridos. En la explanada de las mezquitas de la ciudad vieja de Jerusalén se vienen produciendo altercados e incidentes en las ultimas semanas, que han provocado cerca de 300 heridos como consecuencia de las cargas del ejército israelí. Israel está aprovechando esta escalada de violencia para llevar a cabo desalojos forzados en el barrio de SheiK Jarrah y continuar con su ocupación ilegal.
De forma paralela, debemos destacar el incremento del extremismo contra la población palestina desde las autoridades israelíes, como la de un miembro del Ayuntamiento de Jerusalén que deseaba la muerte a un activista palestino o, por citar otro ejemplo, la manifestación que al grito de muerte a los árabes recorrió las principales calles de la capital y culminó con el linchamiento de un palestino. Por poner otro ejemplo, se está denunciando el aparheid sanitario entre la población israelí, vacunada, y la palestina.
Denunciamos el crecimiento de los asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania, el bloqueo colectivo a Gaza así como la apropiación de tierras y agua, carreteras separadas, concesión y denegación de permisos, detenciones arbitrarias o el aumento de la violencia de los colonos. Una situación apartheid, como acaba de definir Human Rights Watch, es la segregación de derechos desiguales, violaciones de derechos humanos y falta de libertad de movimiento, sumándose a los años de denuncias de la sociedad civil palestina y también de grupos pacifistas israelíes.
Por todo ello, la asamblea del Núcleo del Partido Comunista de Andalucía de Dos Hermanas
ACUERDA
1. Condenar rotundamente la violencia y exigir a Israel el cese de los ataques directos sobre la población civil palestina.
2. Instar a un cese inmediato de los ataques.
3. Demandar a las Naciones Unidas, la Unión Europea y al Gobierno de España la implementación del conjunto de resoluciones internacionales de las últimas décadas que piden acabar con la ocupación, el bloqueo, el apartheid, la colonización, la venta de productos de las colonias y el uso de armamento violando los Derechos Humanos.
4. Exigir la protección de las defensoras de Derechos Humanos, trabajadoras y trabajadores humanitarios y organizaciones palestinas acosadas a diario, entre las que se encuentra nuestra ciudadana española Juana Ruiz, encarcelada sin cargos ni juicio, así como la liberación de la camarada Khalida Jarrar y los siete parlamentarios palestinos electos detenidos en prisiones israelíes.
5. Rechazar la anexión de Cisjordania, incluyendo el Valle del Jordán que Israel pretende llevar a cabo el próximo 1 de julio y condena los intentos de limpieza étnica en la zona y en Jerusalén Este, que lleva formalmente anexionado desde el 67.